CARTA 1. de jacobo

Si tuviera sueños serías uno de ellos, pero yo estoy perdido en la tierra de nadie y vos estás demasiado lejos.

Te vi por primera vez en la fiesta esa, ahora no puedo recordar que hacía allí, lo cierto es que en medio de tanta gente estabas vos, contándote aburrida las flores del vestido. Podría decirte muchas cosas pero serían mentira, lo he olvidado todo.

Esa noche hablabas con alguien, intentabas explicarle cuánto te tallaban los zapatos nuevos, correas, tacones, ampollas. La noche iba a ser larga y yo, simplemente no podía quitarte los ojos de encima.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Un gato es un gato. No conozco mucho de gatos, pero se que se las arreglan solos. A un perro como yo nos toca depender de los demás. Nos tienen que quitar las pulgas, bañarnos y hasta nos tienen que sacar a cagar. No sabemos hacerlo por nosotros mismos.

Hace unos días conocí un gato que parece tener una espina atravesada en la garganta, algún pescado que habrá encontrado en una caneca, pienso. Lo veo a escondidas cuando intenta dormir, y extrañamente, como nosotros los perros, da vueltas sobre si para poder acomodarse y evitar que la espina le maltrate la garganta y tenga que aullar toda la noche de dolor.

Un perro como yo, buscaría ayuda inmediatamente, alguien que me curara este dolor, pero como es gato, y los gatos son así, imagino con tristeza que seguirá dando vueltas antes de dormir y se las arreglará solo.
GATONECIO ha dicho que…
Ventaja y maldición. A los gatos no les gusta pedir auxilio, siempre creen que pueden arreglárselas solos y mal que bien, encuentran la forma de echarse para que la espina no les talle asi la tengan clavada hasta la médula.