Roger

10 pm, avenida carrera 68 con calle 24. Lugar no especificado. Un viernes cualquiera.
Es que a uno la vida y los amigos lo acostumbran a ciertas cosas y comienza a pensar que el mundo es un lugar pequeñito donde todos hacen lo mismo. Claro que no es cierto, lo sé pero se me olvida.
Hay pocas cosas más complicadas que sacarme la pereza de salir un viernes cualquiera, sabiendo que el sábado me toca ir a trabajar, pero digamos que en una especie de ejercicio pedagógico o con franqueza, aceptando que últimamente mi vida social se limita a una larguísima jornada laboral, decidí tomarme un par de cervezas en una compañía poco frecuente.
Nada de pseudo intelectuales posmodernos con crisis maniacodepresivas, publicistas que sólo hablan de publicidad, gente del medio (alquien POR FAVOR que me diga eso qué demonios es y porqué suena tan ridículo), un par de cervezas con buenas personas, de los que se parten el culo todos los dias de sol a sombra pero que definitivamente se quejan menos que yo, de los que uno no se imagina cómo diablos lo hacen pero a estas alturas tienen su casita propia y alimentan a una buena mujer "la gorda" y como mínimo un par de chinos, sin contar a la novia a la que sacan a bailar y además le mandan remesa a la mamá y al sobrino que vive en quién sabe dónde. Tendrían que darme unas clasesitas de economía doméstica.
Después del par de cervezas me invitaron a bailar, lugar no especificado que prefirieron a la primero de mayo -que insistí en conocer- todo porque quedaba un poco más cerca a mi casa... los caballeros aun existen.
Recordé un lugar un poco siniestro al que iba en Cali cuando ya era muy tarde y a todos se nos había acabado la plata. El rey de la noche era el reggeton (como sea que se escriba) y a mitad de la rumba, cuando estaba sentada entre mis acompañantes, aparece un tipo, con cara de muchachito de colegio y me "saca a bailar" y yo que pensé que eso ya no pasaba, que uno estaba sentado y de repente algún valiente de otra mesa, a quien uno no conoce, de quien no sabe absolutamente nada, que no es un amigo de un amigo, que no se lo han presentado, que se expone a que lo manden para la mierda o a que el ofendido acompañante le de un coñazo por andársele birlando a la mujer (en la Cali de esa epoca, podría exponerse a que le metieran un tiro) te saca a bailar. Pues acto seguido, estaba yo en medio de la pista, estrenando mis recién descubiertas dotes en el reggeton con aquel valiente. ¿Cómo te llamas? ¿Estudias o trabajas? Se llama Roger, trabaja en una empresa de metalmecánica y estudia por las noches algo como contabilidad y mercadeo para empresas metalúrgicas. Descubrí que el sitio estaba lleno de valientes y parece que simplemente es una costumbre que creía extinta. El taxi a casa me costó menos de lo que yo esperaba y prometí otro viernes cualquiera, ir a conocer la primero de mayo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Simplemente .... :)
Thiago ha dicho que…
Todo un ejercicio antropológico, de esos que descubren culturas perdidas para nosotros decadentes occidentales de marca. Roger es un héroe perdido... quien cierra los ojos y toma aire, dice para sus adentros, esta vale la pena el riesgo, toma impulso y estira el brazo sonriendo tranquilamente. Bravo Roger, no todos los días saca uno a bailar a la realeza.
GATONECIO ha dicho que…
absolutamente ; )
GATONECIO ha dicho que…
pues mira que lo particular es que no era un ejercicio de valor en cuanto a "ella vale la pena" intentémoslo. No, era una costumbre extinta en nosotros, es el: la saco a bailar porque quiero bailar, y si la vieja esta bien y resulta algo, bueno 2 pajaros de un tiro, pero con que salga a bailar me conformo.