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Mostrando entradas de 2007

Mentira

Esas manos debieron ser suyas, ese deseo también debió ser suyo. Lo único que en verdad le pertenecía esa noche era su ausencia.

NO NAME

Tendré que decir que te tengo mas enredado de lo que me atrevo a confesar pero esto no está hecho de la materia de lo posible y mucho menos de costumbre. 4 pm. Invasión a la intimidad que comienza con una llamada que me saca del sueño tardío y la tragedia del domingo. ¿Domingo? Ahí es donde me pierdo porque vos nunca aparecés un domingo, estamos condenados a las tardes de semana larga, a estar mamados de trabajar y poner cara de inteligentes para justificar milenios de evolución humana. Vos y yo otra vez en medio de una vida equivocada. Estoy tratando de comerme el cuento de la niña buena pero sabemos que son mentiras de sobremesa para pasarse con el postre del almuerzo ejecutivo. Soy un gatonecio que se arranca la desidia a punta de arañazos en la espalda. Pero mirá que todos tenemos derecho a redimirnos y yo ya tengo suficientes millas para mi tiquete al infierno. Por donde sea que lo mire, esto me parece extraño, justo andábamos por la etapa de sentirnos cómodos al vernos las cara

PRÓLOGO

La musa se largó a beber y a buscarse un mal polvo y me dejó sola con el gato y la palabra en la punta de la lengua. Las opiniones me quedaron sobrando. Puse las hojas a un lado y opté por decirte que dejaras de escribir de esa forma o terminaría por enamorarme de vos, lo cual no es cierto pero igual, no importa. Yo también se dónde queda Terroncolorado y amanecí descalza y descobijada. Quiero buscarte, decírtelo de frente pero qué falta de tacto, hoy es domingo y está lloviendo y a la mierda con estos pseudo romances literarios porque a estas alturas no quedan más motivos que los ridículos mensajes que nos mandamos por correo. Te veo se me terminan olvidando capítulos y versículos. Quiero verte y decítelo en la cara, tus frases alucinógenas me recuerdan a alguien pero hoy es un lunes eterno que pesa toneladas de aburrimiento. Casi no despierto y luego tenia empegotadas tus frases de olor amargo, entre las dos neuronas medianamente útiles que me dejaron los martinis. Quiero ver

LAS RAZONES DE LILITH

Lilith ¿Cómo más se iba a llamar? Tiene una virtud casi gimnástica para quitarse la ropa, el único problema es que es incapaz de mirate a los ojos mientras lo hace. Gajes del oficio. José Antonio ha decidido hacer una investigación sociológica sobre las conductas sexuales de la Bogotá que no conoce. Mero interés intelectual. La verdad, para todo en la vida existen argumentos. En el fondo está preocupado porque tiene que rogarle a su mujer para que se lo dé, parece que sufre de terribles migrañas nocturnas. Ella entra a escena con un diminuto vestido de cabaret de Chicago, es una diva de peluca plateada estilo años 20, mallas negras y tacones. Lilith comienza su ritual frente a la barra, sobre la barra, por encima, por debajo, entre la barra, se enrosca, se dobla, se desdobla, se abre hasta casi descuadernarse y José Antonio la mira con profundo interés filantrópico. Sólo con los tacones puestos Lilith se le acerca despacio con caminadito de pantera en celo, lleva años perfeccionándolo

CINE FRANCES

En medio de ojos hambrientos, ojos sedientos, niñas bonitas, actores, actrices, tipos bien, zorras, gañanes, borrachos, pretenciosos, pobres que quieren aparentar, ricos de nacimiento, torcidos, derechos, caídos, levantados, tragos, botellas, papas fritas, whisky 18 años, aguardiente, toneladas de carne, cuajada con melao, me asomé por debajo de la escalera de la caja, persiguiéndolo desde la entrada, me encontré de frente con sus ojos verdes de gato que me miraban de a poquitos. He vuelto a tener 15 años y me saltan mariposas en el estómago. Ya estoy muy vieja para estas cosas. Un mes después llego a mi casa, 4:45 am, haciéndole compañía al señor que trae el periódico de los domingos. Esto no es vida pero eso es lo que hay. En la puerta de la recepción sin portero hay pegado un paquetico de rayas blancas y azules amarrado con un lazo rojo, tiene mi nombre. Alcanzo a ver con el rabillo de misojostangrandes su carro que arranca con paciencia, contra todos los pronósticos, me estaba espe

Roger

10 pm, avenida carrera 68 con calle 24. Lugar no especificado. Un viernes cualquiera. Es que a uno la vida y los amigos lo acostumbran a ciertas cosas y comienza a pensar que el mundo es un lugar pequeñito donde todos hacen lo mismo. Claro que no es cierto, lo sé pero se me olvida. Hay pocas cosas más complicadas que sacarme la pereza de salir un viernes cualquiera, sabiendo que el sábado me toca ir a trabajar, pero digamos que en una especie de ejercicio pedagógico o con franqueza, aceptando que últimamente mi vida social se limita a una larguísima jornada laboral, decidí tomarme un par de cervezas en una compañía poco frecuente. Nada de pseudo intelectuales posmodernos con crisis maniacodepresivas, publicistas que sólo hablan de publicidad, gente del medio (alquien POR FAVOR que me diga eso qué demonios es y porqué suena tan ridículo), un par de cervezas con buenas personas, de los que se parten el culo todos los dias de sol a sombra pero que definitivamente se quejan menos que yo, d

12 PM

No hay mucho que decir por estos días, la gripa perversa me llena de natas las neuronas. Llevo días sin dormir. Anoche parece que tuve un sueño extraño, el celular estaba sonando a eso de la media noche, era una llamada que parece llegar sólo en noche buena ¿el niño dios usa celular?...¿el niño dios existe? y como creo que esa pregunta la resolví hace más de veinte años, tenía que ser alguien más. ¡Papa Noel! pero no oí cascabeles, sálo el gato maullándole a los zancudos parados en la pared. En medio del delirio de la fiebre alcanzo a recordar que es marzo del 2007 y yo ya no soy una niña que cree en cuentos de hadas pero ya es un poco tarde, mi llamada no alcanzó a decir mucho, yo no alcancé a desatar las preguntas atoradas. Desperté y parecía que todo fue un sueño, sin embargo, logró quitarme las ganas de dormir

CARTA 1. de martina

Lo siento Jacobo, pero yo no me acuerdo de usted. Y por cierto, nunca me aburro en las fiestas. Martina

CARTA 1. de jacobo

Si tuviera sueños serías uno de ellos, pero yo estoy perdido en la tierra de nadie y vos estás demasiado lejos. Te vi por primera vez en la fiesta esa, ahora no puedo recordar que hacía allí, lo cierto es que en medio de tanta gente estabas vos, contándote aburrida las flores del vestido. Podría decirte muchas cosas pero serían mentira, lo he olvidado todo. Esa noche hablabas con alguien, intentabas explicarle cuánto te tallaban los zapatos nuevos, correas, tacones, ampollas. La noche iba a ser larga y yo, simplemente no podía quitarte los ojos de encima.

RENAULT 4

Creo que lo había visto una que otra vez, pero no es el tipo de los que yo recuerdo. La primera vez que en realidad estuve obligada a verlo fue porque llegó a recogerme a casa por mandato de algún aspirante a novio sin carro. El tenía un Renault 4 y yo 14 años. Aún ahora maneja mejor borracho. Ha pasado mucho tiempo desde eso, han pasado amigos a los que he amado y por quienes hubiera dado media vida, han pasado amores, sueños, verdades y mentiras, han pasado fiestas, conciertos de mediopelo, bares caros y baratos, decepciones, paseos, viajes, ha pasado uno que otro hombre que parecía ser EL hombre, algunas amigas que fueron mis hermanas y sobre todo, han pasado muchos años y mucha agua ha corrido bajo este puente. Intenté deshacerme de él de todas las formas posibles, cambié de celular, de casa, de ciudad, de amigos, de gustos, de trabajo, de genio, de ser posible, habría cambiado de nombre o de sexo, nunca lo llamé, nunca le escribí, me escondía en el fondo de la casa para que no me

DIA PRIMERO. pregunta

Claro que no, uno no da masajes con 4 cervezas y media de ginebra en la cabeza, claro que no, uno no duerme en camas ajenas ni se despierta tarde los días que hay que trabajar. Pero yo no tengo nada más que hacer, estoy de viaje y usted perdió el último tren que lo llevaba lejos de la vida que nunca soñó. Lo puse de espaldas a la cama, sólo por torturarme un poco y descubrir que además de las patéticas palabras de universitarios suicidas que montan en buseta, compartimos la misma estrella. Pero ha podido ser peor, porque yo dejé el arrepentidero archivado entre la arena del gato, me pudo más un intento de dignidad con instinto de moral que las ganas de decirle de vez en cuando me acuerdo de usted, se me atraviesa en la biblioteca y en uno que otro amigo en común. Nos equivocamos de tiempo, nos vimos demasiado tarde y las sábanas de algodón gris y los peces que nos miraban con ojitos de tía regañona no bastaron para pensar que era la única oportunidad y así pasó la noche y yo me desper

DIA TERCERO. respuesta

Claro que no, uno no se acuesta en camas ajenas , tampoco duerme en ellas, mejor se levanta bajo sus propias cobijas como la niña buena que ya no es, nuevecita, recién bañada parece que sólo he tenido un sueño inconfesable. Pero no es tan sencillo, lo tengo un poquito atravesado y la sensación no se me quita con el primer café de la mañana, tampoco con el último. Todo empieza como quien no quiere la cosa, una dulce casualidad, una voz reconocida. Tan bonitos, tan inocentes, pero hay una pregunta abierta flotando en el aire desde hace miles de años, esperando respuestas ambiguas escondidas entre mis ridículos buenos propósitos de año nuevo y mi incapacidad de llevarme a cuestas una duda. Lo veo y se que está metido entre mis miedos más que entre mis amores, sentado junto a mis confesiones y no al lado de mis pecados, en las entrañas más que en el corazón. Como un dejavú que se repite cada de vez en cuando, como si pudiera pensar que de verdad tenemos la conciencia tranquila porq

JUNIO 1

Esa mañana me senté a esperar que saliera el sol, con mi falda de vainilla, noche y vino tinto, con el pelo mojado y los ojos a punto de estallar. Esa mañana me fui para su casa, silenciosa como un gato, intentando que las campanitas de la puerta no sonaran –como las odio-, que la llave entrara sin pelear, me quité los zapatos y me metí entre las cobijas a su lado, para verlo, para ver sus ojos rasgados mientras duerme, tocar esa piel aceituna que me hace delirar, me escurrí junto a su espalda para sentir si era la última vez que lo iba a tocar, para entender porque vale la pena tanta lágrima, para entenderle las razones, esperar casi un milagro de ósmosis en el que se me pegaran sus motivos. Pero nada, me fui quedando dormida a su lado, tibia, consentida y al despertar, lo único que seguía teniendo pegado era la tristeza , la incertidumbre, la melancolía. Me desperté y vi sus ojos abrirse, vi el espejo negro en el que me gusta mirarme, me desperté y nada, ni una sola respuesta, ni un