En ese parasiempre que duraba tan solo un segundo, capaz de contener la experiencia entera y el espacio infinito, todos los momentos desde su primera inhalación hasta su último suspiro que en el espacio de una respiración significaban la vida y la muerte y todas las posibilidades intentadas o no. En esa eternidad lo supo, llevaba tanto tiempo imaginándolo que probablemente quedaba muy poco de él mismo en lo que ella estaba viendo. 
No le importó.

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